Rodrigo Granda, ¿comodín de las farc o buscador de la paz?

El gesto altruista y generoso del presidente de los colombianos, Álvaro Uribe Vélez, permitió iniciar un proceso que culminará en los próximos días con la liberación de cerca de 200 guerrilleros de las farc, entre ellos Rodrigo Granda, el llamado canciller de esa agrupación subversiva.
La liberación de Granda quizás no signifique nada para el secretariado de las farc, pero para el gobierno colombiano significa una decisión unánime de buscar a toda costa la liberación de los secuestrados que se están pudriendo en las profundidades de las selvas colombianas, encerrados por ese grupo insurgente en verdaderos campos de concentración semejantes a los de Auswich o Treblinka durante la segunda guerra mundial.
Con esta liberación, las farc quedan sin argumentos de peso para evadir el intercambio humanitario, toda vez que la liberación unánime de sus compañeros, sin pedir nada a cambio, los deja en una posición que, debilitada como está, no los permite eludir los acercamientos que a través de Granda pueden llevar a una liberación de presos y secuestrados.
Ahí tienen, colombianos de las farc, una oportunidad histórica para dejar en libertad, de una vez por todas y sin más ambages, a todos los secuestrados y continuar luchando, si algún día logran alcanzar algunos argumentos convincentes, por esa patria que merece la oportunidad de surgir en medio de la desolación y el caos hacia el camino de la reconciliación y el crecimiento de todos los colombianos que, como el niño Emmanuel, merecen todas las oportunidades del mundo.

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