FERNANDO MUÑOZ Z.REDACTOR DE EL TIEMPO
“Una vez entré a ver una película soviética, de esas eternas y difíciles de entender, solo que esta se entendía menos: hablaban de personajes que no habían sido introducidos y presentaban situaciones que no se sabía de dónde salían; todo era un caos. Como a los 20 minutos, pararon la proyección, prendieron la luz y un tipo entró a pedir disculpas porque habían comenzado a proyectar los rollos en desorden, que volverían a comenzar desde el primero”.
Qué cambiaAunque a simple vista muchos espectadores podrían no notar la diferencia entre el sistema tradicional y el digital, la nueva tecnología ofrece mejoras tanto en imagen como en sonido.
Debido a que la película llega a la sala en formato digital (grabada en un disco duro) no hay posibilidades de que se raye, ensucie o se manche. En el sistema tradicional de rollos, esto solía ocurrir, pues las imágenes estaban grabadas en cintas similares a las que se usaban en fotografía hace algún tiempo (un formato físico que al ser manipulado podría sufrir alteraciones).
Otra ventaja es que los espectadores podrán ver la película siempre con alta calidad, ya sea el día de su estreno o varias semanas después. En la actualidad, las cintas sufren un desgaste cada vez que pasan por los cabezales del proyector; en el nuevo sistema, esto no será un problema pues el proyector también es digital (según Cine Colombia, el equipo que se trajo al país es de dos millones de píxeles, y su costo es supera en cuatro o cinco veces el de uno analógico.
Además, si la película es filmada originalmente en formato digital, se obtiene una mayor calidad. “En el acetato (sistema tradicional) hay limitaciones para ampliar la imagen. El sistema digital tiene mayor definición en los bordes de las imágenes y en la gama de colores que se presentan”, destaca Pinilla.
Fuente: Enter.com.co
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